MITOS Y LEYENDAS
LA DIOSA CERRIDWEN


El nombre de Cerridwen se puede traducir como “Caldero de la Sabiduría” o “Fortaleza de la Sabiduría”. Así pues, es poseedora de un caldero que simboliza el poder transformador de la magia, la sabiduría, el renacimiento y la inspiración.
Es patrona de magos y brujas y se la relaciona también con la luna, la fertilidad, la ciencia, las profecías y la poesía.
Según el mito de Cerridwen, ésta tuvo dos o tres hijos, una niña y uno o dos niños. Su hija era la doncella más hermosa de la tierra, pero su hijo era un ser oscuro y feo, que nunca sería aceptado por el resto de la sociedad.
Haciendo uso de sus dotes mágicas, Cerridwen decidió cambiar a su hijo mediante una pócima hecha con varios ingredientes que le darían sabiduría y un aspecto menos horrible.
La pócima tardó un año y un día en estar preparada, pero antes de que se la pudiera suministrar a su hijo, un joven encargado de vigilar el caldero derramó tres preciosas gotas sobre su mano, lamiéndola por acto reflejo, y obtuvo así los poderes destinados al oscuro retoño de la diosa.
Se pueden imaginar que después de un año y un día Cerridwen ya estaba más que harta de esperar, y mucho menos estaba para este tipo de errores. Gwion, que así se llamaba el joven torpe, viendo las intenciones de su ama para castigarlo hizo uso de sus recién obtenidos poderes para conseguir una huida sin contratiempos.
Rápidamente se transformó en liebre y echó a correr, pero Cerridwen también podía transformarse y lo hizo en galgo para perseguirlo. Viendo que no podría escapar Gwion se transformó en pez y se lanzó a un río para que el galgo no lo pudiera alcanzar, pero Cerridwen a su vez se transformó en nutria para darle caza. En esta ocasión el joven pensó que sería mejor idea convertirse en pajarillo y salir volando de aquella situación; Cerridwen hizo lo propio y se convirtió en halcón para dar caza al pájaro esquivo.
Desesperado, Gwion decidió convertirse en un grano de trigo y dejarse caer sobre un gran montón de cereal donde no pudieran encontrarle entre tanto grano gemelo; pero ni que decir tiene que esto no le sirvió de nada al pobre chico: Cerridwen aprovechó la aguda vista del halcón para seguir al grano de trigo en su caída y localizarlo fácilmente, para a continuación transformarse en gallina y engullirlo sin miramientos.
A pesar de lo que nos dicta el sentido común la semilla enraizó en el seno de Cerridwen y en los nueve meses de gestación ésta juró que mataría al niño y acabaría con Gwion de una vez por todas. Por lo visto las diosas celtas no conocían el aborto y de haberlo hecho se habría evitado el mal trago de tener que matar a un bebé recién nacido. Tan mal trago, por cierto, que fue incapaz de hacerlo, ya que el bebé era muy hermoso. Sin embargo sí que fue capaz de envolverlo en cuero y tirarlo río abajo, abandonado a su suerte.
Pero no teman por la suerte del pequeño, fue encontrado y se convirtió en el famoso poeta galés Taliesin. Cerridwen no solo no se libró de él, sino que le dio un lugar muy importante en la historia galesa. Taliesin también está relacionado con el mito artúrico, dándole un lugar en su corte como consejero real. Sobre el hijo horrible de Cerridwen el mito no dice nada más, suponemos que seguiría siendo oscuro y feo por el resto de sus días.
Para el Neopaganismo Cerridwen y su caldero, son un símbolo de feminidad (útero) así como de transformación y renacimiento. Se la representa también en forma de cerda (sí, el animal) como símbolo de sensualidad  y fertilidad.



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